Carta a Francisco #BoicotProductosCatalanes

francisco

Estimado, o no, Francisco:

He leído que vas a boicotear los productos catalanes, especialmente el cava, los libros y los medicamentos. Pues nada, yo voy a boicotear tu presencia en el Primavera Sound. Ya te puedes dejar barba hipster e irte a vivir un mes a un Starbucks con tu Macbook Air, que jamás serás cabeza de cartel. Qué digo cabeza de cartel… ni telonero de los teloneros de ese grupo que nadie conoce pero que se parecen a Marhuenda de resaca. Y eso que podrías haber presentado tu último disco “El Espidifén es catalán” ante la presencia de medios internacionales. Ahora ya no lo podrás hacer. Ummm… ¡Se siente!

Ahora en serio, o no: ¿cómo es la vida de un boicoteador? Ya sé que llevas muy bien eso de aspirar únicamente a ser el malo de Torrente 4, pero el estrés al que debe estar sometido alguien que odia me resulta, cuanto menos, cansino. ¿Qué haces cuando entras en un supermercado? Te imagino mirando de izquierda a derecha, con el rostro alerta de un guardaespaldas de Obama, evitando coger por error una crema catalana en vez de unas natillas. Supongo que no haces como yo, mirar las calorías en la etiqueta, sino que buscas directamente el origen del producto. Agotador, ¿no? Cualquier día de estos veremos a Matías Prats relatando algún incidente del tipo: rescatan a Francisco en la sección de charcutería de un Mercadona mientras se hallaba enterrado en una montaña de salchichones tras buscar desesperadamente fuet no catalán.

Y eso no es nada ya que, al fin y al cabo, el fuet es un producto terminal pero ¿te comprarías un coche cuyas ruedas se hubiesen fabricado en Catalunya? Supongo que ya lo has pensado, ¿no es así? Muchos productos se fabrican a partir de piezas que proceden de muchos proveedores diferentes. ¡Joder con la globalización, cómo complica la vida a los boicoteadores! Antes, en el feudalismo, era mucho más fácil. Se sabía quién era el esclavo y quién gozaba de privilegios. ¡Ay, cómo añoro el siglo XII, con sus juglares y no, como ahora, que hasta el cantante más pasado de moda se atreve a llamar al boicot por razones etnicistas!

Por cierto, cuando aseguras que no comprarás cava catalán, ¿incluyes a las marcas cuyos directores generales se han mostrado contrarios al proceso independentista? ¿Qué harás cuando una empresa tenga propietarios no catalanes pero cuente con un centro de producción en Catalunya? Y si una empresa de propietarios catalanes tiene un centro de producción o distribución en Valencia con trabajadores valencianos, ¿también desearás hacer boicot? ¿Mirarás el accionariado de todas las empresas para saber si hay alguien que arrastra las palabras que incluyen la letra “l”, como alelado?

No sé… parece complicada la gestión del odio. Qué quieres que te diga, en una Catalunya independiente, yo seguiré comprándome todos los discos de Quique González y me da igual si es madrileño o de Boston, Massachussetts. Tiene un directo alucinante y es un crack. Leeré a David Trueba porque me encantaría escribir como él, sin importarme dónde nació. Me tomaré un ibuprofeno cuando me duela la cabeza sin leer la etiqueta para saber dónde se fabricó. Iré todas las veces que pueda a Madrid porque siempre me ha parecido una ciudad genial. Quizá no le haga una foto al Tribunal Constitucional pero me tomaré un “relaxing cup of café con leche” en la preciosa Plaza Mayor a la salud de todos los catalanófobos.

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