CARTA A UN DON NADIE

Estimado, o no, Don Nadie:

Después de leer lo que has escrito, me ha invadido la necesidad de insultarte. No entraba en mis planes, pero jamás rechazo la invitación de encontrar definiciones acertadas. Y como a mi edad no es bueno reprimirse, lo haré en catalán (tros de quòniam), en dothraki (chiftik), en élfico (fonéticamente sería algo así como pen-channas) y en el idioma de Pingu (que te doy con el mechero, tontolaba. Pingu tiene un punto quillo y por eso camina como si le pesasen los huevos).

Cómo mola el supremacismo, ¿no? Es la heroína de los fracasados. Porque, nene, llevas dos años escribiendo en castellano en Twitter y has alcanzado la descomunal cifra de 25 seguidores, entre los cuales están “Impotente en acción”, “Yolipii Subterfugio” y “vicentuco” que, en su biografía, suelta un “viva el vino y la cerveza”. Debe ser parte de la intelectualidad española. Y es que, después del proveedor de preservativos del campechano, eres quien más ha desarrollado una red de influencias usando la lengua. 

Pues sí, el supremacismo es la droga de los perdedores, de los que no han hecho nada más en la vida que buscar a alguien a quien considerar inferior. ¡Cuánto daño hizo Colón! ¡Se le podrían haber enganchado los testículos con la vela de mesana durante un día entero, hasta que se le quedasen como a Carlos II! Nos habríamos ahorrado siglos de prepotencia, de chulería y de indigentes culturales vomitando su incapacidad para entender el mundo. 

¿Dices que no compartimos nuestros trabajos? ¿En serio crees que estás en condiciones de que un ingeniero, un médico, una abogada o una científica comparta SU trabajo contigo? ¿Te crees cualificado para eso? Es más, ¿crees que la sociedad catalana (a la que consideras inferior) está dispuesta a compartir algo con supremacistas como tú? ¡Despierta, nene! 

En una cosa tens raó: cada vegada necessitem més el català per a diferenciar-nos de paios com tu. Quan viatjo a l’estranger, em fa vergonya que em confonguin amb supremacistes panhispànics. De fet, m’estimaria més compartir nacionalitat amb el Pingu que, tot i que no parla, és bastant més intel·ligent que tu. A més a més, no et veig caminant com ell per excés de càrrega testicular.

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