Estimados, o no:
Tenéis razón. No hay nada como el himno español. Y no me refiero a esa música a la que solo le falta una cabra pasando por una escalera mientras alguien interpreta el himno con un Casiotone. Estoy hablando, sobre todo, de la letra. La La Marsellesa dice:
Allons enfant de la patrie, le jour de gloire est arrivé! Contre nous de la tyrannie, l’étendard sanglant est levé
El himno británico afirma: Thy choicest gifts in store, on him be pleased to pour,
long may he reign. May he defend our laws, and ever give us cause, to sing with heart and voice: God save the King.
El himno español, en la letra más poética que ha conocido la historia de la Humanidad (incluyendo todos los planetas de Star Wars) contiene estos versos tan emotivos:
LO, LO, LO, LO… LO, LO, LO…. LO, LO, LO….
Y después de repiten:
LO, LO, LO, LO… LO, LO, LO…. LO, LO, LO….
Maravilloso. Espeluznante. La emoción ha provocado que se me ericen las pestañas, las cejas, los pelitos del ombligo y el vello púbico.
Qué himno tan, tan, tan… Espera que lo voy a cantar:
LO, LO, LO, LO… LO, LO, LO…. LO, LO, LO….
Perdonad. Con la emoción quizás me he olvidado algún “lo”.
Eso sí, a poca distancia está el himno de la Comunidad de Madrid. Lo que vais a leer es la letra del himno de la Comunidad de Madrid que jamás suena en actos oficiales porque, digámoslo claro, es UNA REPUTÍSIMA MIERDA. No es un fake. Es real. Disfrutad, patriotas.
1
Yo estaba en el medio:
giraban las otras en corro
y yo era el centro.
Ya el corro se rompe,
ya se hacen Estado los pueblos,
y aquí de vacío girando
sola me quedo.
Cada cual quiere ser cada una;
no voy a ser menos:
¡Madrid, uno, libre, redondo,
autónomo, entero!
Mire el sujeto
las vueltas que da el mundo
para estarse quieto.
2
Yo tengo mi cuerpo:
un triángulo roto en el mapa
por ley o decreto,
entre Ávila y Guadalajara,
Segovia y Toledo:
provincia de toda provincia,
flor del desierto.
Somosierra me guarda del norte y
Guadarrama con Gredos;
Jarama y Henares al Tajo
se llevan el resto.
Y a costa de esto,
yo soy el ente autónomo último,
el puro y sincero.
¡Viva mi dueño,
que solo por ser algo
soy madrileño!
3
Y en medio del medio,
capital de la esencia y potencia,
garajes, museos,
estadios, semáforos, bancos,
y vivan los muertos:
¡Madrid, metropol ideal
del dios del progreso!
Lo que pasa por ahí todo pasa
en mí, y por eso
funcionarios en mí y proletarios
y números, almas y masas
caen por su peso;
y yo soy todos y nadie,
político ensueño.
Y ese es mi anhelo,
que por algo se dice:
«De Madrid al cielo».
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