Las graciashhhh de Rajoy

Estimada, o no, estrella de jolybú:

He visto tu vídeo y sólo tengo una palabra: acojonante. Vamos, que es para que se te caigan los testículos al suelo, reboten y en un arco parabólico acaben allí donde reposa la dignidad de todos los que pretenden hacer arte cinematográfico. ¡Qué vídeo! No veía nada parecido desde que los hermanos Calatrava rodaron “El ETE y el oto”. Y es que la aportación al imaginario colectivo de los españoles es asombrosa. Ahora, cada vez que suene el timbre de la puerta, lo primero que haré es esconderme rápidamente. No me importará disfrazarme de escobilla de WC, cual Mortadelo acojonado, si con eso esquivo tu presencia en el umbral de mi hogar, dulce hogar.

En fin, analicemos la jugada. Supongo que la idea de los brillantes creativos que han perpetrado la pieza era sorprender al espectador. Esos planos en los que se ve una presencia entrando en cuadro y unos personajes en segundo término abriendo los ojos de par en par, como cuando Kiko Rivera descubrió que dentro de los libros hay palabras, pueden llevar ciertamente a un suspense hitchcockniano. El problema es que después se oye un “graciashhhh”. A partir de ese instante se desmonta la intriga y el thriller se convierte en una película que realiza la perfecta hibridación entre terror y tragicomedia. ¿No pensaron los autores que ese “graciashhhh” era un spoiler del tipo “¡Chanquete va suelto!” en el remake porno “Ver ano azul”?. Quizá me equivoque pero creo que a partir de ese momento el artilugio cinematográfico se desmonta.

¿Y qué me dices de las localizaciones? Primero una biblioteca. ¿Se puede saber qué haces en una biblioteca? ¡Que hay libros, joder! ¡Y gente estudiando! ¿Qué va a pensar de ti el votante que te ha aplaudido cuando has recortado las becas o cuando has subido el IVA cultural? ¡Por favor! ¡Eso no se hace! ¿Y la farmacia? ¡Pero si está casi vacía! En mi pueblo, si no ves a ancianos en la calle, búscalos en la farmacia. ¿Dónde si no van a explicar lo que les duelen las diferentes partes del cuerpo? La farmacia es un club social en el que nuestros venerables ancianos mantienen interesantes soliloquios sobre el reuma, la artrosis, la artritis y sobre los cabrones que les suben un 0,25% su pensión de mierda para que después se llenen la boca de ídem asegurando que han subido las pensiones y que vamos a ser todos la hostia de felices.

Pero lo que más me gusta del vídeo es esa familia que tiene todas sus pertenencias en cajas de cartón porque está a punto de ser desahuciada. Las luces de la policía y los manifestantes en la puerta le otorgan un aire de peli americana. Haces bien en darles las gracias. Sobre todo por no haberte dado el Óscar a los mejores Defectos Especiales por tu especial contribución al cinismo hecho política.

En resumen, como quien llama a mi puerta suele ser un pizzero, para el próximo partido del Barça apunta: una cuatro estaciones mediana, una margarita también mediana y una barbacoa pequeña con mucha ternera. Y rápido, que no nos gustan frías.

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