
Estimado, o no:
Antes de entrar en materia permíteme que te diga que, si alguna vez me invitas a tu casa, no me mires de manera extraña cuando rechace sentarme en el sofá. Sospecho que no solo lo utilizas para mirar la tele. Y ahora sí, vamos al lío. Mejor dicho, vamos al tema. No quiero que ahora te pongas a jugar con tu… olvídalo.
Según afirma la Real Academia Española, la palabra maldición es una “imprecación que se dirige contra alguien o algo, expresando y revelando su ira y aversión hacia aquello, y deseo que le venga algún tipo de daño”. El vocablo es de origen latino y procede de la palabra «maledictio». Un best seller muy conocido dice: “Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó (46) y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu descendencia para siempre. Deuteronomio 28: 45. 46”. ¿Qué quiero decir con esto, te preguntarás? Pues que confiamos que el futuro sea chungo para aquellas personas que nos caen mal y, con esa finalidad, nos encomendamos a los dioses. Por eso, en tu maledictio rojigualda, echo de menos algo tipo “Lo que el viento se llevó”: “a Dios pongo por testigo, que te morirás siendo español”.
Lo malo de las maldiciones es que como elemento seductor no acaban de funcionar bien. Imagínate que una campaña publicitaria para atraer a turistas a España dijera: “a Dios pongo por testigo, que la paella es congelada”. ¿Te parece seductor? Por eso te propongo cambiar de estrategia si quieres que los catalanes queramos seguir compartiendo el mismo modelo de DNI (en el que siempre se informa que caduca, por cierto). ¿Y si dijeras, “vivirás siendo español”? Al menos empleas un verbo positivo. Te voy a poner un ejemplo que entenderás perfectamente. Una boda: sacerdote y la pareja. Lo lógico es que el sacerdote diga algo parecido a: “¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del matrimonio, durante toda la vida?”. Te podrá entrar vértigo o no, pero es una frase en positivo. ¿Qué frase equivale a tu tuit? Algo así como: ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del matrimonio, aunque uno ronque y al otro le huelan los pies y hasta que uno de vosotros la diñe por culpa de un infarto de miocardio mientras tiene sexo con su amante? Estarás de acuerdo que no es lo mismo. La bajona en la iglesia puede ser considerable. Eso sí, el vídeo se viralizaría.
Por este motivo, te propongo otra estrategia publicitaria. Sé que es difícil, pero intenta encontrar fórmulas seductoras que provoquen que los indepes veamos que ser español es mejor que ser francés, danés, italiano o alemán. Algo así como: “ser francés no tiene ventajas, si siendo español te puedes matar a…”.
You must be logged in to post a comment.