SPANISH BUBBLE

Estimada, o no:

Debo confesar que cada día entro con cierto miedo en las redes sociales. Me suben tanto las pulsaciones como a Miguel Bosé en un congreso de científicos (y hasta sin congreso de científicos). Parafraseando a Forrest Gump: “las redes sociales son como el WhatsApp de un grupo de magufos, nunca sabes a cuántos ignorantes te vas a encontrar”.

Aunque todos somos ignorantes de muchas cosas (yo el primero), ignorar, a priori, no es bueno, especialmente si ignoras que un chupito de cianuro te puede matar. Sin embargo, la ignorancia tiene una vertiente positiva ya que, empujada por la curiosidad, puede convertirse en la antesala del conocimiento. ¿Y a quién no le gusta conocer? “No quiero saber nada” es una frase que solo pronuncian las víctimas de un gatillazo y algunos jueces cuando les hablas de la Casa real. Todos, en mayor o menor medida, queremos aprender de alguien que sabe más. Por eso, y con el único ánimo de resultar pedagógico aprovechando mi experiencia desde hace más de 50 años con el bilingüismo, espero que permitas que me introduzca en tu ignorancia para desmentir el marco mental del que haces gala en las redes sociales. Vayamos por partes, como cuando Rafa Nadal debe explicar que tiene COVID después de haber cenado con el campechano. “Tengo una noticia mala… y otra peor”.

Dices que “el vasco, el catalán y el gallego no son lenguas de España”. La consecuencia está clara: los vascos, los catalanes y los gallegos no somos españoles. Gracias. Y aquí acaba mi respuesta. Bueno, va… si me lo pides con esos ojitos de gato de Shrek… continúo. 

“(…) lengua, lo que se dice lengua, hay una, que es aquella con la que nos entendemos todos”. No sé si alguna vez te has llegado a plantear que los vascos, los catalanes y los gallegos nos entendemos perfectamente hablando entre nosotros en euskera, catalán o gallego. ¡Es pura magia!  Creo que, a los daneses, a los noruegos o a los croatas les sucede lo mismo cuando hablan entre ellos en danés, noruego o croata. Forbandet magi! Teniendo en cuenta, además, que son idiomas con menos hablantes que el catalán, no es magia, es la gira completa del Mago Pop. 

“(…) las lenguas catalana, vasca y gallega, lejos de ser un patrimonio de todos sin excepción, aunque la mayoría de los españoles sean monolingües, competen única y exclusivamente a sus hablantes y a nadie más que ellos”. Y es aquí cuando entramos de lleno en la Spanish bubble (no, Michael Bublé no tiene nada que ver). La burbuja española, ese paradigma de endogamia patriotera consistente en sufrir una contractura cervical de tanto mirarse el ombligo. Las lenguas catalana, vasca y gallega competen a quien quiera. La música de Mozart compete a quien quiera. El arte de Vermeer compete a quien quiera. La literatura de Tolstoi compete a quien quiera. Las lenguas son, sin ninguna duda, una manifestación cultural de primer orden porque constituyen el código que permite que nos comuniquemos. Son un instrumento imprescindible, una puerta abierta a civilizaciones y pueblos, especialmente en el siglo XXI cuando hace miles de años que dejamos de comunicarnos con gruñidos (al menos, hasta el primer café de la mañana). Después está la capacidad o incapacidad de algunas personas por comprender el mundo, por salir de su Spanish bubble y ver que fuera la vida brilla en todo su esplendor. 

Y ahora, estimados lectores de este blog, abróchense los cinturones porque el final es más sorprendente que el de “Los otros”, “El sexto sentido” y “Con faldas y a lo loco” todos juntos. “A ver que son dialectos de su tierra pero no son idiomas mundiales infórmense bien que en Inglaterra no se habla el Vasco ni el catalán”. Dejemos de lado que, de repente, catalán, gallego y euskera ya no son lenguas, sino dialectos. Olvidémonos que para leer tu texto sea necesario convertirte en campeón de apnea (una coma de vez en cuando, por favor). Lo que me genera un cortocircuito neuronal parecido al de escuchar una canción de José Manuel Soto es que digas que en Inglaterra no se habla el euskera, ni el catalán. Efectivamente, se habla el inglés. Y eso significa que no se habla esa “lengua mundial” que se supone que es el castellano. Que sí, que el castellano tiene muchos hablantes, pero en Europa solo hay un país que lo tiene como lengua oficial. ¿Adivinas cuál?  

Y es aquí cuando recuerdo tu primera frase: “el vasco, el catalán y el gallego no son lenguas de España”. ¿Los impuestos que pagamos, sí son españoles? Espero respuesta. Atentamente, 

Un catalán que no quiere ser español precisamente por comentarios como el tuyo.

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