04 | Agost | 2020 | Societat Anònima

lerdo

Estimada, o no:

A mí me gustan mucho las series y cuando he visto lo de “María de Tabarnia”, he pensado que era la continuación lógica de “Farlopa de Colombia”, “Jaco de los ochenta” y “Costo del bueno”. También he pensado que tu nombre era un guiño a lo que fumas para escribir lo que escribes. Pero, como soy más de personajes que de tramas, he preferido finalmente pensar que sí, que te llamas María y que eres la que cuando, cansada de que su hijo le pida un “masibón” en el Mercadona del Splau, grita un elegante, a la par que discreto”: ¡Chonatán, ya! ¡Cojonesdeniñohostias! ¡Que me ties hasta el toto!

Después de haber interpretado el nombre de tu perfil de Twitter, debo confesar que me ha hecho mucha gracia lo de LERDO TABARNIA porque inmediatamente me he imaginado un parque temático de chonis y poligoneros con sus atracciones: “Shambalao la hostia”, “Dragon Khani” y “Furius Quillo”. ¡Qué tardes tan maravillosas pueden pasar los tabarnianos en ese ambiente de glamour, con esas conversaciones tan… subjuntivas”. Si lo fuésemos sabío, fuésemos venío antes, que esto mola mogollóng. Porque, una vez que Tabarnia ha alcanzado ya el reconocimiento de la ONU junto a Disneyland, Legoland y la aldea pitufa, qué menos que tener un parque temático que reúna la estética tabarniana de altavoces bluetooth con trap a 120 dB, decenas de niños gritones y ese saber estar que os convierte prácticamente en invisibles.

De todas maneras, ahora que ya tenéis el reconocimiento de la ONU y un parque temático, el paso siguiente debe ser salir en la revista Hola. Por eso, y viendo que el campechano se ha convertido en un soltero de oro que hace de Rodríguez con el dinero de todos, ¿te has planteado la posibilidad de entrar en su círculo de amistades? Quién sabe, quizás te monte un piso con vistas a Malalts de festa en Cornellà. Ya veo el titular de la portada de Hola: Después de su extracción de bigote, la Corinna del Baix Llobregat nos recibe en su lujoso piso de Cornellà. Y entrecomillado, “sólo vi al campechano una vez porque nos marchemos muy pronto”. En serio, piénsatelo. Sería una historia muy romántica y, parafraseando a Sofía Mazagatos, “lo importante es estar en el candelabro”.

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