Diari d’un confinat. Capítol 27. @pizorno96

gustavoidiota

Estimado, o no:

La última persona a la que escuché emplear la palabra tronco con ese significado fue un yonqui de mi barrio al que llamaban “El Pajas”. Su apelativo no nació porque se dedicara a la distribución de tallos secos de ciertas gramíneas, sino que se debía a su elevada autoestima. ¿Dónde estará ahora El Pajas? Apuesto a que hay más agujeros en su dentadura que en el currículum académico de Froilán. Es muy probable que vote a VOX, se rasque el escroto en cada manifestación facha y piense que la vida se ha portado muy mal con él. ¡Cómo olía a Pachuli, El Pajas! ¡Cómo sobresalía su peine de plástico del bolsillo de sus pantalones de campana! ¡Qué ruido infernal hacía su SEAT Ibiza descapotable al que cortó el techo porque creía que con eso iba a ligar más! Tronco. Qué duros fueron los 80. Por cierto, espero que no seas ese tipo.

En fin, después de este ejercicio de memoria de barrio obrero, déjame que ejerza de buen ciudadano y te ayude a aclarar algunos conceptos. Diferencias entre Estado, País y Nación.

Estado: un Estado se sustenta por tres elementos básicos: población, soberanía y territorio. Un Estado sin población es raro. Y sin territorio, también. Bueno, está el estado gaseoso pero el metano, el CO2 o el Helio aún no han tenido un proceso constituyente (hay alguna fuga entre sus miembros). Para que te hagas una idea, sería como una discoteca para geranios, como unas vacaciones con Ortega Smith o como un mundo sin mujeres para el campechano. La población ejerce la soberanía en todo el territorio, que su vez es controlado por un gobierno, que puede ser elegido por sus habitantes, si en este Estado tienen la sana costumbre de ejercer de democracia. Lo que sucede es que la Historia demuestra que el pueblo a veces se gana una soberanía que no ejercía. El que Luis XVI dejara de usar analgésicos para el dolor de cabeza, te debería dar una pista.

País: un país es un territorio con características geográficas y culturales propias, que puede o no constituir un Estado soberano o una entidad política dentro de un Estado. ¿Te dicen algo conceptos como País Vasco o País de Gales? Espero que sí. Territorio. Con troncos, si tiene árboles. Sí, cierto, el lenguaje coloquial confunde Estado con País y ya se han convertido en sinónimos. Como España y decadencia.

Nación: una nación es un pueblo. Es una sociedad, un grupo humano más o menos numeroso, que comparte en muchas ocasiones un idioma, una cultura y una historia común y que, además, ha adquirido una identidad propia que la diferencia en mayor o menor medida de otras naciones. Un grupo humano tiene todo el derecho del mundo a sentirse nación. Y no, no siempre tiene que ver con cuestiones étnicas (un tipo que estaba muy preocupado de las etnias era Hitler. Espero que no se te pegue su querencia por los búnkers, ni por peinados ridículos. Una cosa es estar confinado y otra, muy diferente, acabar como acabó).

No hay una oficina de expedición de naciones y ningún español tiene derecho a decidir si existe, o no, la nación andaluza, la nación vasca o la nación catalana. Nadie. Ni tú, ni nadie. Y por mucho síndrome de estrés postcolonial que se padezca, por mucho adoctrinamiento panhispánico que se haya experimentado, por muchas mentiras repetidas una y otra vez por el aparato de propaganda rojigualdasomosunaalabimalabamalabimbombam, ni tú, ni ningún español, ni Trump, ni Bolsonaro, ni ningún hijo de Putin, tiene el más mínimo derecho a negar la existencia de otras naciones porque, para empezar, sería necesario hablar (y mucho) de si realmente existe una nación española, por ejemplo, o todo es la consecuencia de folleteo entre reyes y alguna que otra dosis de pólvora. Sexo y pólvora, semen y sangre. No veo yo que sean unos grandes ejes de construcción identitaria y más teniendo en cuenta que la primera constitución española es de 1812. Si hasta Jordi Hurtado tiene más años.