Me has mirado mal

Estimado, o no:

Me preocupa que la gente te mire mal en los restaurantes de Catalunya por hablar en castellano. Porque, exactamente, ¿en qué restaurantes te miran mal? ¿En los japoneses, en los chinos, en los Döner Kebab, en los argentinos, en los mejicanos, en los peruanos, en los libaneses, en los Mc Donald’s, en los Burger King, en los italianos? No sé si has venido mucho por Catalunya últimamente pero con 19 millones de turistas que nos visitan cada año sería un poco raro que mirásemos mal a alguien cada vez que una persona no habla catalán en un restaurante. No se vería semejante obsesión colectiva con la mirada desde el último Congreso de Oftalmólogos Con Gafas de Culo de Vaso.

Por otra parte, ¿en qué consiste mirar mal? Necesito saberlo para no mirar mal a nadie. Tengo miopía, astigmatismo y presbicia y espero que eso no influya en la apreciación que los españoles tenéis sobre mi mirada. Sin gafas no veo bien de lejos, ni de cerca. Tampoco veo bien a Cercas, pero ésa es otra historia. En serio, ¿qué es mirar mal? ¿Poner los ojos huevones como Javier Gurruchaga cuando corta cebolla? ¿Ponerse estrábico? ¿Bizco? ¿Levantar las cejas como Zapatero en medio de un enema? No es un tema baladí (preciosa palabra, por cierto). Más que nada porque uno de los momentos más desagradables de mi adolescencia se producía cuando el típico chulo en los autos de choque me decía “me has mirado mal”. Intenta rebatir eso lanzando una tesis sobre comunicación no verbal a un macho alfa con problemas de autoestima.

Me intriga tu denuncia. ¿No será que tienes una conducta disfuncional cuando comes? Te lo digo con cariño pero, ¿no será que lanzas unos eructos sonoros del tipo hipopótamo después de beber gaseosa? ¿Pedos? ¿Te cortas las uñas de los pies mientras esperas a que llegue el camarero? ¿Haces comentarios de votante de VOX en un restaurante regentado por gays con el nivel de voz suficiente como para no necesitar teléfono para hablar con tus familiares andaluces? ¿Masticas con la boca abierta y eso permite comprobar los efectos del bolo alimenticio sobre tu campanilla? ¡Mira, los cuartos! ¡Ahora vienen las doce campanadas!

Lo siento, soy un mar de dudas. ¿Que en Catalunya hay resentimiento? El resentimiento es la distancia entre la porra de un Guardia Civil y la cabeza de un anciano. Ojalá lo entiendas. Y te lo digo mirándote con ojitos de Heidi cuando ve a Niebla, para que no te ofendas y después tengas pesadillas sintiendo cómo los ojos de un camarero chino, que es propietario de un bar en Barcelona que ofrece rollitos de primavera y bocatas de butifarra (cocina de fusión), te mira mal por hablar castellano… o por no dejar propina.

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