Març | 2019 | Societat Anònima

capullo

Estimado, o no:

Estoy desorientado. Con eso del adelanto de la hora, no sé hasta qué punto el retraso madurativo de algunos se sincroniza o se hace más evidente. Es como cuando miras al cielo y eres consciente de que algunas de las estrellas que observas, quizás ya no existan. Que es también lo que sucede con el franquismo: un estrella enana que ya murió pero cuya luz siguen mirando unos cuantos. ¿A qué viene esto? No sé, estoy desorientado, ya to le he dicho.

He leído tu hilo en Twitter acerca de tus previsiones electorales y me ha parecido un estudio digno de la BBC (Bamo Box Cohone). Auguras 122 escaños a VOX. Yo como del futuro lo único que sé es que mi confianza en el ser humano irá decreciendo, no me atrevo a decirte si tendrás o no razón. El futuro es lo que inventamos para soportar el presente. Lo cierto es que 122 escaños de homofobia, machismo, xenofobia, catalanofobia y libertad de compra-venta de armas son un test de estrés que no sé si España podrá soportar. Porque de VOX sabemos lo que odia, pero más allá de banderas, toros y armas, desconocemos qué proyecto de mejora real quiere depositar en el futuro. Al fin y al cabo, hace ya algunos años unos homófobos, machistas, xenófobos y amantes de las armas acabaron suicidándose en un búnker. Y cuando la primera película es mala, no se augura nada bueno con la segunda.

Vivimos unos tiempos de negacionismo y trumpismo. Una generación de Bannons se abre paso en Europa. Mentiras, nacionalismo y mucha testosterona. Las cosas se hacen “por cojones”, las porras sustituyen al diálogo, nos creemos más un tuit que lo que vemos con nuestros propios ojos y cedemos la responsabilidad de nuestra libertad a un pollavieja sin estudios. The times they’re changing, que diría Dylan. Son tiempos de comida basura, televisión basura, literatura basura, cine basura, relaciones basura y política basura. Tertulias políticas que se consumen entre tertulias sobre famosetes que tienen sexo con otros famosetes; periodistas besamanos; políticos que son escogidos por casting del IBEX35, como Milli Vanilli pero con más voz, princesas de papel couché, el 4×4 que jamás atravesará un río, las rotondas por las que alguien cobrará una comisión, palmaditas en el hombro que se convierten en una patada en el culo gracias a una encuesta cocinada… “La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.”. Lo dice Palahniuk en “El club de la lucha”.

Hoy el día se ha comido una hora. Ante nuestros ojos el domingo nos ha hurtado sesenta minutos. ¿Que robará la ultraderecha a Europa? Parece lejos aquel 1789. Si en una manifestación fascista hablas de Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu es probable que te digan que la selección francesa ganó el mundial pero que no recuerdan esos jugadores. Libertad, igualdad y fraternidad, tres conceptos que cada día suenan más extraños.

He leído en tu cuenta de Twitter que a los independentistas nos llamas “cosmopaletos” y no sé por qué extraña asociación de ideas he recordado una maravillosa sesión de planetario en el Cosmocaixa de Barcelona. Es imposible no sentirse pequeño cuando te sumerges entre tantas estrellas. Somos pequeños, provisionales, fugaces. Estrellas que se apagan y otras que nacen. Y cuando proyectamos nuestra visión de la vida a través de los insultos, aún somos más pequeños, provisionales y fugaces. Cuando llamamos cosmopaletos a aquellos a los que queremos convencer de que nuestra compañía aporta valor en su vida, sólo me cabe recordar el inicio de mi carta.

Me despido. Eso sí, como este blog tiene 35.225 seguidores, esperaremos al 28 de abril para saber si tienes que pagar 35.226 chupitos (me incluyo, por supuesto).