Estimado, o no, redactor:
Hace tiempo, mientras paseaba por la calle, escuché una frase que realmente me hizo mucha gracia. La pronunció un niño e iba dirigida a sus padres: “hoy hace un buen día para un helado”. Me pareció perfecta. Fue irrefutable. Se trató de un acto de manipulación emocional sutil pero imposible de rebatir. Era cierto. Hacía un día perfecto para un helado. Lo que me pareció maravilloso es que el niño no dijo “me apetece un helado” o “quiero que me compréis un helado”. Se limitó a insinuar que el día era perfecto para que sus papilas gustativas estallasen con el sabor de un helado. Lo que me pregunto ahora es: ¿por qué sois tan cutres manipulando? Si queréis que el lector se sitúe en contra del proceso de independencia, haced como el niño. Escribid un titular del tipo “hoy hace un buen día para meternos con el proceso de independencia que en su momento fue liderado por Mas”. Total, se os verá el plumero igualmente.
En primer lugar, creo que deberíamos ser todos más precisos diferenciando lo que es un gasto de una inversión. Gastar puede entenderse simplemente como comprar un bien. Si compramos una cámara de fotos, estamos gastando. Este gasto generalmente responde a una necesidad o a la satisfacción de un deseo. Invertir supone la compra de un activo con la intención de que éste nos proporcione algún beneficio en el futuro. Por lo tanto, si somos fotógrafos, la compra de una cámara de fotos es claramente una inversión. ¿Dedicar dinero a la política exterior es un gasto o una inversión? Depende. Si el dinero se dedica a hoteles de lujo y banquetes a tutiplén para que los empresarios promocionen un sector en el exterior, quizá sea un gasto. Si, en cambio, se dedica a la participación en ferias internacionales de turismo para promocionarse como destino o para captar capital extranjero, quizá sea una inversión. Lo que sospecho es que tendemos a hablar de gasto cuando quien destina ese dinero a política exterior (o a lo que sea) es un adversario y de inversión cuando es un aliado.
Pero lo que más me llama la atención de la noticia es la elección de la fotografía. Resulta que Andalucía destina 449,7 millones, el País Vasco 247,7 y Catalunya 202 y… tachán… tachán… quien sale en la foto es Artur Mas. ¡¡¡Bravo!!! Hace un buen día para manipular. En resumen, un lector que lea en diagonal verá los siguientes ítems: gasto, Tribunal de Cuentas, control, Artur Mas. “¡¡¡Chungo de cojones!!! Ya están los catalanes dilapidando el dinero de todos los españoles. ¡¡¡Buuuuu!!! ¡¡¡Fuera!!! ¡¡¡Mira tu declaración de la renta… ups… quería decir… mira tu DNI!!!”.
Pues nada, guardad la foto de Artur Mas (o la del resto de independentistas) para las peores noticias: terremotos, tsunamis, tormentas tropicales, huracanes, un nuevo disco de Bertín Osborne…
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