La inteligencia lo evita. El sentido común lo prohibe.

isabel

Estimada, o no, Isabel:

El alfabeto catalán tiene 26 letras, 4 signos diacríticos, varios dígrafos y dos letras especiales: la ce trencada (ç) y la ela geminada (l·l). Con ellas puedes construir un universo, de emociones, de sentimientos, de información, de belleza… Une letras y tendrás palabras, frases, párrafos, novelas, poesía, teatro, chistes, anécdotas, vida… Une letras y tendrás a alguien queriendo expresarse.

Podrás decir que quieres a alguien (t’estimo), que ya no quieres volver a verle (ja no vull tornar a veure’t), que le echas de menos (et trobo a faltar), que quieres envejecer a su lado (vull envellir al teu costat) o que te apetece decirle adiós para siempre (adéu, per sempre). Podrás también odiar (t’odio), o romperlo todo (trencar-ho tot), indignarte (estic indignada) e incluso podrás querer irte para no volver (vull anar-me’n per no tornar). Si te apetece, podrás explicar chistes (entra un home a un bar amb un lloro a l’espatlla i el cambrer pregunta: parla l’animal? I el lloro respon: jo que sé!). Bueno, al menos lo podrás intentar.

Con el catalán la gente piensa, recuerda, sueña, se enamora o se pelea. Le dice a quien quiera escuchar que se siente sola o quizá demasiado acompañada. Es una lengua, como cualquier otra, ni mejor, ni peor. Pero en ella hay un número infinito de mundos porque no nos pertenece, ni siquiera a los catalanes. Nosotros somos parte de ella. La hacemos evolucionar, la maltratamos o cuidamos. Y en ella somos lo que somos. O no. Quizá sólo sea un instrumento. Uno más para expresar que existimos y que queremos explicarlo.

En ella hay soledades. Letreros que anuncian una vida mejor en escaparates urbanos. Cartas que llegaron a su destino con viejas promesas. Hay en el catalán traiciones y engaños. Y miles de sueños que jamás se alcanzaron. Hay victorias, risas y momentos de euforia colectiva. También hay derrotas. Algunas las celebramos a modo de recuerdo. Así de raros somos los catalanes.

Y también hay algo en el catalán: heridas por sentirse incomprendido en un mundo de seis mil idiomas. La sensación de que molesta en según qué mobiliarios mentales. El que algunos lo hayan transformado en un recaudador de votos y en coartada de ficciones malvadas. Tendresa. Xiuxiuejar. Moixaina. Llampec. Onada. Melanconia. Llibertat. Independència. Son palabras en un universo de palabras de otras lenguas que no hacen sino construir pensamientos, sentimientos, anhelos… Y eso no se odia. La inteligencia lo evita. El sentido común lo prohibe.

Àlex

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