Estimada, o no, Susana:
Sigo sorprendido con la capacidad que tenéis algunas personas para convencernos a los catalanes de que debemos mirar nuestro DNI con afecto y no con espanto por descubrir lo feos que hemos salido en la foto y por lo mal tratados que nos sentimos. En serio, vuestro método para conseguir que nos enamoremos de la posibilidad de seguir compartiendo nuestra nacionalidad con personas como tú es realmente extraño. De hecho, creo que National Geographic debería dedicar un extenso reportaje a vuestra manera de cortejarnos. No digo que hagáis como la jirafa ya que el macho golpea con su cabeza la parte posterior de la hembra hasta que ésta termina orinando. Después prueba su orina para decidir si es el ejemplar con el que quiere procrear. Prefiero el gazpacho, si soy sincero. Pero es que, tras leer día sí y día también las muestras de catalanofobia en las redes sociales y en los medios de comunicación, empiezo a pensar que algunas personas habéis copiado el maravilloso cortejo del hipopótamo: cuando llega la hora del apareamiento, el macho se sube en una montaña de estiércol y con la cola comienza a esparcirlo por todos lados. La hembra que recibe el “regalo” es la afortunada. Sí, ya lo sé, en una discoteca no tendría mucho éxito pero es que la porquería que nos habéis echado encima en los últimos seis años parece una performance diseñada por un hipopótamo lascivo. Y, qué quieres que te diga, a mí los hipopótamos no me ponen. Ni aunque me hagan ojitos y sepan pronunciar la palabra federalismo sin reírse.
Uno puede abrazarse a un millón de libros de Ciencias Políticas, de Filosofía, de Sociología y de Antropología para explicar la relación entre Catalunya y España pero yo, que soy la versión básica de un ciudadano medio, encuentro una ligerilla contradicción en los discursos como el tuyo. Te lo resumiré en pocas palabras:
- Si somos un estorbo. Si somos malgastadores. Si tenemos privilegios gracias a los españoles. Si construimos embajadas, adoctrinamos a los niños, pagamos una televisión pública que manipula, silbamos himnos, hablamos catalán cuando nos preguntan en castellano, multamos a los que no rotulan sus negocios en catalán y, además, nos huele el aliento después de comer calçots, ¿por qué no nos dejáis ni siquiera hacer un referéndum para que podamos contarnos y saber cuántos estamos a favor de un estado catalán independiente?
- Si nos queréis. Si estáis profundamente enamorados de Catalunya, leéis a Espriu, coleccionáis postales de la Moreneta, veraneáis en la Costa Brava, intentáis pronunciar Cesc sin que parezca una revista porno, le ponéis tomate al pan, tenéis familia en Vic y os gustamos porque hacemos cosas, ¿por qué nos demostráis vuestro afecto con menosprecio, insultos, tergiversación y demagogia? ¡¡¡Es de primero de ligón de discoteca!!! ¡¡¡Si alguien te gusta, hazle sentir la persona más especial del mundo!!! ¡¡¡PERO NO HAGAS COMO EL PUTO HIPOPÓTAMO, SUSANA!!!
Àlex
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