Estimado, o no, Guiem:
Tienes razón, las tildes no tienen ninguna importancia en la interpretación de los textos. Por este motivo resulta lo mismo decir “me gustaría saber que piensas” o “me gustaría saber qué piensas”. Lo mismo, ¿no? Pero no te escribo para mantener un diálogo sobre tildes. Te escribo para explicarte algo que resulta tan obvio que hasta me avergüenza incidir en ello.
Si algo he aprendido en estos años de adulto despistado es que todas las historias tienen varias versiones. Hasta los niños lo saben. Si un niño rompe un cristal de un balonazo, jamás dirá: “no tengo excusa. Le he querido dar una patada con todas mis fuerzas para probar si el cristal era lo suficientemente fuerte”. Lo más probable es que diga: “ha sido sin querer. Estaba jugando y no sé cómo se ha podido romper. Soy el primer sorprendido por semejante incidencia producto del azar”. Eso, claro, si el niño es Íñigo Errejón. Un niño sin semejante capacidad dialéctica echaría la culpa al hermano pequeño, que para eso estamos. Por esta razón es bueno conocer las diferentes versiones de la historia. He dado una vuelta por varios medios de comunicación y, casualmente, los únicos que hablaban de ti eran medios manifiestamente de derechas. Y, en todos estos medios manifiestamente de derechas, no había ni una sola declaración de la otra parte. No he podido averiguar qué opina el Gobierno Balear sobre tu caso. Una lástima. Por este motivo, preventivamente no voy a dudar de tu versión, aunque, que te despidan de tu trabajo por no ser un experto en tildes, es más raro que ver a Cristiano Ronaldo hablando con Homer Simpson sobre el existencialismo de Kierkegaard.
Todos los relatos se pueden explicar de varias maneras. Si lees un titular que dice “me despidieron por salir del armario” lo más lógico sería pensar que se trata de un despido nulo por una clara homofobia discriminatoria impropia de una democracia. Pero si el titular se completa con un “me despidieron por salir del armario de la sala del consejo de administración, en pelotas y acompañado de la mujer del director general” la reacción del lector cambiará ligeramente. Sobre todo si hay un vídeo en YouTube y se ha viralizado.
Mira, Guiem, sin dudar de tu versión y sin ningún ánimo de banalizar lo que estás viviendo, creo que sería bueno escuchar la otra versión. Y es que toda historia tiene varios puntos de vista. Incluso el lobo de la Caperucita Roja tiene una. Además, estoy seguro de que, si la Caperucita fuese independentista, el lobo sería el foco de atención de medios como La Gaceta. Por cierto, una pregunta inocente, ¿no te resultaría más fácil aprender catalán antes que hacer una huelga de hambre? Es sólo una idea. En fin, ánimo y espero que encuentres rápido un empleo y que jamás tengas problemas con las tildes. Y es que, como dice el chiste, entre un ¿te gusto? y un ¿te gustó?, hay un polvo de diferencia.
P.D. El Vicepresident i conseller d’Innovació, Recerca i Turisme té una altra versió que m’ha arribat a través de Twitter.
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