Estimada, o no, dulce Camacho:
“Oh amor poderoso. Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia”. Déjame que empiece con una cita de Shakespeare. Siempre queda bien. Y es que para hablar del amor, o mejor dicho, del desamor, no hay nadie mejor que él. “Mi único amor nació de mi único odio, pronto le veo y tarde lo conozco.” Mola, ¿eh? Quizá te preguntes sobre el motivo de esta carta y sobre el porqué de tantas citas de Shakespeare. La segunda razón es que soy un pedante. Ahora déjame que te explique la primera.
No sé si alguna vez has tenido una de esas amigas que se cuelgan de un tío pero no hacen nada para que él se dé cuenta. Y no sólo eso. Además, no hacen más que meterles “zascas” en una especie de táctica que jamás comprenderé. En resumen sería algo así como: “me gustas mucho, pero como no sé cómo decírtelo, prefiero ponerme borde contigo. De esta manera, pienso darte caña y castigarte todo lo que pueda, sin plantearme siquiera que quizá no te vaya el rollo masoca”. Pues así es como veo tu relación con quien tú ya sabes. Evitaré citar su nombre para no poner sal en las heridas del desamor.
Yo sé que, en algún rinconcito de tu mente, tienes un proyecto político para Catalunya. Al menos, quiero imaginarme que, además de llevar como puedes las múltiples muestras de rechazo de tu amor platónico, has planteado escenarios en tu vida como, por ejemplo, ser presidenta de la Generalitat de Catalunya. ¿Te imaginas qué marronazo? Creo que, si te dijeran que a partir de mañana ibas a ocupar ese cargo, te irías corriendo tan rápido que cuando estuvieses cruzando la frontera de La Junquera habría todavía rastros de botox por la Diagonal. Y es que yo jamás te he oído hablar de tu proyecto político para Catalunya. Te he visto en los típicos debates de campaña pero, más allá de centrar tu ira en él, no he escuchado qué nos ofrecerías a los catalanes. A lo mejor, no he puesto mucha atención. Debe ser culpa mía. Ahora en serio, ¿te has planteado de verdad cómo cambiaría tu vida siendo presidenta de la Generalitat? Deberías ir a actos institucionales en los que, por ejemplo, se hablaría de la cultura catalana. Tú, que la única relación que tienes con las muestras de cultura popular, el mundo editorial, el del teatro o el del cine, es cuando te rodeas de capullos en Sant Jordi. Lo digo porque te regalan muchas rosas, ¿no?
En fin, Alícia, ¿puedo darte algunos consejos para que el amor no correspondido sea menos doloroso? No intentes el camino de los celos. Tampoco es bueno ponerte en “modo víctima” e intentar dar lástima. Puedes acabar convertida en un bolero. Y, sobre todo, no vayas llorando por las tertulias. Ya encontrarás a otro de quien enamorarte. ¿Te gustan las camisetas de David Fernández? No sé… prueba. Envíale un Whatsapp con el emoticono de los ojos de corazones.
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