Estimado, o no, Mariano:
Te escribo para felicitarte por la proeza que has realizado. Desde que estrenaste tu condición de presidente del Reino de España no te había visto ejecutar un proceso intelectual tan complicado. No, no hablo de los recortes que has hecho en la Moncloa. Me refiero a la difícil tarea de hacer un “pa amb tomaquet”. ¡Qué orgulloso posas! ¡Qué alegría demuestras en tu mirada ligeramente estrábica! Pues nada, sigue así. Haz gala de tu amor por las tradiciones catalanas. El siguiente paso consistirá en aprenderte un trabalenguas. “Setze jutges d’un jutjat mengen fetge d’un penjat; si el penjat es despengés, els setze jutges menjarien fetge d’un despenjat”. ¿Lo tienes? Repítelo varias veces. Ponte delante de un espejo y repítelo en voz alta. Difícil, ¿no? Prueba con éste. “Dotze jutges d’un Constitucional mengen fetge d’un català; si el català és despengés, simplement no li deixarien votar”. Este mola más, pillín.
Por cierto, en la notícia de El Mundo hay un pequeño titular que me ha hecho gracia. Refiriéndose a tu esposa, la redactora asegura que “ella misma se sube a una escalera para poner las bolas en el abeto”. Creo que tus fieles súbditos necesitamos una explicación: ¿de quién son las bolas? ¿Son las tuyas o es que el pequeño Nicolás se ha ofrecido para adornar tu Navidad? Si es así, pídele que se haga un selfie porfi. Lo petaría en el Facebook. Especialmente si se le iluminan.
Bueno, Mariano, aprovecho la ocasión para desearte unas felices navidades en compañía de los tuyos… pocos, pero tuyos al fin y al cabo. Promete, eso sí, que no te harás una foto haciendo de caganer para demostrar tu amor por la cultura popular catalana. Creo que no podría soportarlo. Aunque, si te da por aprender el ball de bastons, avísame sin falta. Tuyo siempre.
Un independentista vocacional.
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